Como es natural, no esperes incienso ni procesiones. Aunque la Semana Santa en Alemania, al igual que en el resto de países, se celebra del Jueves Santo (Gründonnerstag) al Domingo de Resurrección (Ostersonntag), las representaciones y escenas religiosas son muchos menos palpables que en otros lados.
Como parte de la cultura alemana, la Semana Santa es un elemento intrínseco de la idiosincrasia del país. Por eso mismo, para entender mejor a la ciudadanía alemana lo mejor es conocer sus festividades. Obviamente ello no quita que “si no estudias alemán no entenderás ni Kartoffel“.
En muchas ciudades del norte de Alemania se encienden grandes hogueras para celebrar la Pascua u Ostern. Esto se hace para celebrar la llegada de la primavera (que suele coincidir más o menos) y la despedida del invierno. En algunos sitios aprovechan para quemar los árboles de Navidad de ese año. En otros optan por echar al fuego alguna representación de una bruja o de Judas Iscariote.
Aunque puede tener tintes cristianos (simboliza la luz de la resurrección de Cristo), también puede considerarse un rito pagano, ya que, según parece, los antiguos germanos también practicaban esta costumbre al llegar el buen tiempo.
La Cabalgata de Pascua es una curiosa tradición que procede del pueblo sorbio, una etnia ubicada en la frontera alemana y polaca. Los hombres de la zona montan sus caballos, engalanados para la festividad, y van en procesión anunciando la resurrección de Jesucristo.
La costumbre marca que esas cabalgatas no pueden cruzarse nunca, y también que se intente abarcar el mayor número de poblaciones posible. Todo un espectáculo para ver el Domingo de Resurrección.
Las fuentes de Pascua son una tradición de la zona de Franconia. Se decora al máximo las fuentes públicas durante el Domingo de Resurrección con el objetivo de que se queden lo más bonitas posible.
Esta tradición viene para anunciar la llegada de la primavera y el deshielo de las montañas. El agua vuelve a fluir, la vida vuelve a nacer y las calles retoman su ajetreo habitual.
El Monasterio de Chorin, muy cerca de la capital de Alemania, celebra el Viernes Santo de una forma muy especial. Durante el Claustro de Pascua, se conmemora la muerte de Cristo con un desfile, una representación de la Pasión así como con exhibiciones de caballeros medievales.
Otra fiesta curiosa es la de Osterräder. En el pueblo de Lüdge, en el distrito de Lippe, se celebra desde el siglo VIII esta tradición que consiste en arrojar cuesta abajo unas grandes ruedas de madera en llamas (!?) que simbolizan la victoria del sol y la luz sobre la noche, el frío y el invierno. Un espectáculo digno de ver.
No podíamos olvidarnos de la tradición del conejo de Pascua, o mejor dicho la liebre de Pascua. Se trata esta de una costumbre presente en muchos países de Europa. En esta tradición, se les esconde a los niños unos huevos de chocolate, los cuales deberá buscar. Esta travesura es realizada por la liebre de Pascua, un ser mágico que anuncia la llegada de la Primavera.
Esta curiosa costumbre parece relacionarse con la diosa germánica de la primavera, Ostana. Esta diosa anuncia la llegada de la época de las flores. No es casualidad, de hecho que Oster (Pascua) se parezca al nombre de esta deidad femenina.
